En el último año se aprecia un aumento de los ataques en el entorno corporativo, instituciones y empresas que provocan la intervención de los estados.
En 2014 se han producido siete grandes campañas
de ciberataques persistentes (APT) que afectaron a 4.400 objetivos del
sector empresarial en 55 países, según los datos registrados por el
Equipo Global de Investigación y Análisis (GREAT) de la empresa.
Para Kapersky Lab es probable que muchos de estos ataques
fueran realizados por agentes patrocinados por algún estado, como
las campañas Careto, La Máscara o Regin, mientras que otros procedan de profesionales que prestan ‘ataques-as-a-service’.
Se calcula que la
rentabilidad de un ciberataque es del 2000%, es decir, las ganancias son 20 veces el coste del ataque. Eso explica que, tras el tráfico
de drogas y la trata de blancas, la ciberdelincuencia se haya convertido en el
negocio ilegal que más dinero mueve en el mundo.
Los ciberdelincuentes apuntan a todo tipo de objetivos, pero las principales
amenazas se ciernen sobre los gobiernos, las tarjetas de crédito, los datos
médicos o el Internet de las Cosas (IoT).
El hackeo de Sony con motivo del estreno
de la película ‘The Interview’ dio mucho que hablar en los últimos días del
año. Este acontecimiento pone de manifiesto el riesgo que supone la posibilidad
de recibir ataques de tipo
político, afectando a la seguridad de las empresas y de los gobiernos. Y
esto puede causar tensiones internacionales, como la surgida entre
Estados Unidos y Corea del Norte de consecuencias impredecibles.
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