SEGOVIA: UN DESCUBRIMIENTO
La ciudad de Segovia fue uno de mis mayores descubrimientos turísticos porque, cuando fui por primera vez , esperaba ver el famoso acueducto romano y poco más.
Sin embargo, apenas llegar quedé maravillado con el encantador Alcázar. Además de la imponente construcción medieval, se puede observar una decoración que te sumerge en la historia. El Alcázar posee varias salas dedicadas a armaduras. Otras, cuentan con una fantástica colección de armas.
El artesonado es muy llamativo y está en excelentes condiciones. Hay espacios muy coloridos ideal para ser fotografiados.
La torre brinda unas impactantes vistas. Pero las escaleras para llegar hasta lo alto son estrechas y los escalones muy altos. Al día siguiente sentirás las consecuencias del esfuerzo si no estás en buen estado físico.
Saliendo del Alcázar, el paseo por la ciudad es gratificantes. Rincones únicos se suman a llamativas construcciones, como la casa de los picos. El acueducto romano es el mayor regalo que la historia le hizo a esta ciudad y es el mejor cierre para la visita. Sin olvidar, que enfrente del acueducto se puede disfrutar de un delicioso cochinillo segoviano.
Si queda tiempo se puede aprovechar la tarde para visitar La Granja-San Ildefonso que está a sólo 11 kilómetros de Segovia.
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